Suena el despertador,resoplas, cuando vas a apagarlo, te encuentras por el camino los cascos de la radio, ayer me dormí en un minuto, ni apague la radio, apago el despertador y doy una vuelta en la cama, ahí en ese preciso instante es donde notas esa fatiga de piernas, te pesan, se han despertado y las notas troponas, es normal con el entreno de hoy rozaras los 90/100 km esta semana.
Estas tan agustísimo en la cama... Te quedarías hasta las doce, pero el despertador te lo has puesto para algo...para ir a correr, en ese momento no tienes ninguna gana. Esta, aunque parezca mentira, es una de las partes mas duras del entreno de una carrera como Transvulcania, el tener la fuerza de voluntad de decirle a tus piernas a currar cuando se arrastran por los suelos.
Así que me levanto, pongo un pie en el suelo y noto un pinchacito en el gemelo, es su manera de decir déjame dormir, pero me empiezo a imaginar corriendo entre volcanes y llegando a la meta el proximo diez de mayo, y a lo que me doy cuenta tengo la camiseta puesta y estoy atándome los cordones.
Salgo a la calle, hace fresco...Pulso el reloj y empiezo, las primeras zancadas cuestan, es como si llevase las patas acartonadas...huy que mal vamos hoy...
Hoy han sido 20 km y mientras estas en la ducha te das cuenta de que no estabas tan cansado, durante el entreno te has ido motivando y has acabado muy bien, mejor de lo que esperabas...sales de la ducha, 20 km mas a la saca, se acerca el día poco a poco...estoy hipermotivado.
Pongo la alarma a la misma hora para mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario